El presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo Batlle, protagonizó la octava edición del programa Desayunos Universidad – Sociedad del Consejo Social de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), al que asistió el Presidente del Consejo Social de la ULL junto al rector de la misma.
En su intervención, el presidente Clavijo abordó el tema de la interconexión universidad-administración-empresa como pieza clave para la diversificación económica de Canarias. “Si conseguimos que las universidades penetren muchísimo más en nuestro tejido productivo y en la toma de decisiones de las administraciones públicas, estoy convencido de que la tan ansiada diversificación económica va poder ir avanzando mucho más profundamente”.
El presidente de Canarias puso como ejemplo de impulso a la transferencia de conocimiento entre universidad y empresas, el programa público que financia parte de los gastos de la incorporación de expertos universitarios al tejido empresarial para estimular la productividad y la competitividad.
La anfitriona del acto, la presidenta del Consejo Social de la ULPGC, Ana B. Suárez Calvo, estuvo de acuerdo en este planteamiento dado que la mayor parte del tejido empresarial canario lo conforman pymes que no tienen capacidad por sí solas para afrontar la inversión en la contratación de estos perfiles expertos en la innovación y el conocimiento. Ana Suárez presentó al presidente antes de su conferencia, y celebró que por primera vez Canarias cuente con una consejería específica de Universidades. Consideró que “el número de empresas que nacen de proyectos e ideas innovadoras en nuestra tierra va en aumento y es en parte por el esfuerzo de esta universidad, pero sigue siendo todavía escaso”. En este contexto invitó a “pasar de la teoría a la acción, no quedarse meramente en el plano de las ideas, las publicaciones, los trabajos de fin de grado o máster, sino que se dé un paso más allá: tener iniciativa, que se emprenda, que fluyan las ideas y se aplique el conocimiento generado al mundo real”.
El Consejo Social de la ULPGC consiguió abarrotar el Aula de Piedra con la presencia de los miembros del propio órgano, equipos directivos de todas las facultades e institutos universitarios, además de representantes de organizaciones empresariales y sociales. También asistieron la consejera de Hacienda y Relaciones con la Unión Europea, Matilde Asián; el consejero de Obras Públicas, Vivienda y Movilidad, Pablo Rodríguez; la consejera de Universidades, Ciencia e Innovación y Cultura, Migdalia Machín, así como el presidente del Consejo Social de la ULL Francisco V. Almeida Ossa.
Financiación
Tras la conferencia del presidente Clavijo, titulada ‘Generando sinergias entre las universidades y la sociedad canaria’, la presidenta del Consejo Social se encargó de formular a este las preguntas de los invitados e invitadas, entre las que no faltaron las referencias al déficit presupuestario de las universidades públicas. En este contexto el presidente criticó que “cerrando 2024 con superávit, y siendo la comunidad autónoma menos endeudada de toda España, no podamos gastar todo lo que ingresamos a causa de la regla del gasto”.
Avanzó que habrá mayor financiación para las universidades en este ejercicio, pero que, en función de las condiciones presupuestarias impuestas, no podrá ser destinado a gasto corriente, sino a inversiones financieramente sostenibles.
En este sentido la presidenta del Consejo Social de la ULPGC también consideró que, además de la necesidad de contar con más recursos “hay que mirar hacia dentro, hacer autocrítica y plantearnos qué podemos hacer para mejorar en la eficiencia de dichos recursos”. “Las administraciones en general y la universidad en particular deben adaptarse a los nuevos tiempos, actualizar sus estructuras y sus formas de organizarse, ser más ágiles y reducir la excesiva burocracia”, añadió.
Preguntado también por el público con respecto a su opinión sobre los consejos sociales, el presidente destacó el “esfuerzo” de estos órganos de las universidades públicas para liderar la conexión entre la sociedad y la universidad, generando una situación “muy positiva en la responsabilidad que tienen las propias universidades de llegar mucho más allá de sus puertas”.