En nuestras aulas hablamos sobre ética, derechos humanos, historia contemporánea y política internacional. Pero hay una realidad que, más allá de los libros, golpea las redes sociales todos los días: la violencia sistemática contra el pueblo palestino.
Muchos la nombran sin rodeos como genocidio. ¿Por qué se habla de genocidio?
La palabra no es ligera. El término describe la destrucción deliberada de un pueblo por motivos étnicos, religiosos o nacionales. Y cuando vemos:
- Desplazamientos forzados de familias enteras,
- Restricciones brutales a recursos básicos como agua, electricidad o medicinas, alimentos,..
- Ataques constantes a zonas civiles, hospitales y escuelas,
es imposible ignorar las similitudes con esa definición.
La doble moral internacional
En la universidad solemos debatir sobre democracia y derechos universales, pero al mirar este conflicto se hace evidente una doble vara de medir. Gobiernos que se presentan como defensores de la paz son los mismos que financian armas o guardan silencio frente a los bombardeos. Mientras tanto, la población palestina vive bajo un sistema de ocupación que limita hasta lo más cotidiano: estudiar, trabajar, moverse libremente, vivir.
Ser mujer en Palestina, un feminicidio planificado
¿Te has parado a pensar sobre lo que significa ser mujer hoy en Gaza? El feminicidio no es solo la acción homicida sobre la mujer a manos de un hombre, es la acción continua que atenta a su propia condición de mujer. ¿Puedes pararte a pensar un instante sobre la falta de intimidad de una niña o mujer que huye?
¿Te imaginas día tras día refugiarte en un espacio compartido donde tu intimidad es inexistente?
¿Puedes pensar como vive una niña que tiene la regla pro primera vez, pues el reloj biológico no se detiene? ¿Y el aseo de la mujer? ¿Te has parado a pensar en su higiene menstrual y el riesgo al que se expone a infecciones? ¿y la dignidad, su dignidad?
No solo se ha de enfrentar al hambre, miedo, inseguridad, la impotencia de no poder alimentar a sus hijos e hijas y el dolor de verles morir ante sus ojos. La relatora de la ONU destacó el trauma que viven especialmente las madres: “Ver a sus hijos morir lentamente de hambre, ser mutilados, enterrados vivos… es morir muchas veces en un solo día”.
Según Reem Alsalem, relatora de la ONU, Israel estaría cometiendo un feminicidio, atacando a mujeres por su capacidad reproductiva.
El papel de nuestra generación
Podría parecer que no tenemos poder frente a algo tan enorme, pero no es así. Somos las generaciones que consumen y crean información en tiempo real. Lo que compartimos, lo que discutimos en las aulas o en redes, marca la agenda pública. Nombrar lo que ocurre, cuestionar a los medios que callan o desinforman, y presionar a instituciones para tomar postura es parte de nuestra responsabilidad.
Hemos visto estos días la hipocresía de periodistas deportivos críticos con “mezclar deporte y política”, ¡que distintas varas de medir!
No se trata de planteamientos partidistas, no. Se trata de manifestarse contra lo que el estado de Israel está haciendo con los civiles de Gaza, que nos cuestiona como seres humanos.
Si execrable es la actuación del grupo terrorista Hamás asesinando a 1400 israelíes, la actuación de un estado, Israel, se llama GENOCIDIO sobre un pueblo.
Por ello invito a la comunidad universitaria a pronunciarse una y otra vez ante esta barbarie que nos denigra como seres humanos, exigiendo a nuestros y nuestras gobernantes y a la comunidad internacional las acciones inmediatas que pongan fin a este genocidio, el silencio no es una opción.
Francisco V. Almeida Ossa
Pdte Consejo Social Universidad de La Laguna